Mártires del Porno

La pornografía es una manifestación artística relegada al secretismo y a nocturnidades de alcoba. Como género cinematográfico, es el único que representa y estimula de una manera directa las pulsiones más primarias del espectador. La historia del ser humano ha estado polarizada por la gélida dialéctica del eros y el thanatos, el placer y la muerte enfrentados y a la vez participando el uno del otro.

Como metáfora de estos deseos e instintos que abrigan nuestro interior, el post de hoy está consagrado a recluir en un mismo concepto el sexo y la muerte, recordando a las estrellas del porno prematuramente fallecidas (casi nunca de muerte natural, como podrán comprobar).

La lista es muy amplia, y la pueden consultar íntegra en esta estupenda página (con la advertencia de que algunos enlaces que tiene la misma les puede llevar a webs de contenido netamente pornográfico).

La página que les recomiendo articula su listado en función de las causas mortales, así contemplamos como divas de la talla de Linda Lovelace (propietaria de una Garganta Profunda) o la muy neumática Krysti Lynn fallecieron de accidente de tráfico; que el SIDA se llevó a John Holmes (seguramente el actor más conocido de toda la historia del género), Lei Lani (divo de conflictiva condición sexual) o el respetado Thom Katt.

Nos enteramos de que Michael Bruce (que consiguió una efímera gloria con El Diablo y la Sra. Jones II) fue abatido por un cáncer de testículos; que Dante (feroz icono homosexual) sufrió un aneurisma cerebral; que Nozomi Momoi (aguerrido actor japonés) fue asesinado al igual que Billy London (otra estrella gay), quien apareció descuartizado.

El abuso de las drogas ha dejado una larga lista de fallecidos, como Christian Murphy (otro experto en acrobacias con individuos de su mismo sexo) o la casi olvidada Linda Wong; y, por último, el suicidio ha acabado con la carrera de diestros actores como Tim Barnett (que se ahorcó en la prisión de Colorado donde esperaba ser juzgado por 7 violaciones), la francesa Karen Lancaume (protagonista de la controvertida Baise-Moi) o la llorada Wendy O. Williams cuya trayectoria como hetera cinematográfica y cantante de punk quedó segada por un disparo en la cabeza.

Descansen en paz.