el blog de bubastis

viernes, octubre 21, 2005

26 Falsos Profetas, Inocentes, Imbéciles y Trastornados Moscovitas

El título del post coincide deliberadamente con un ensayo de Nikita Barkov, centrado en la adoración que el pueblo profesó a diversos santones de la Rusia presoviética del siglo XIX.

El excelente escritor Vicente Muñoz Puelles en su libro El Último Deseo del Jíbaro y Otras Fantasmagorías (Ed, Valdemar. 2003) subraya de este libro la peripecia de Iván Jakovlévich, un idiota de nacimiento que llevaba siempre una sotana bajo la cual se deslizaban los excrementos que el pobre infeliz no era capaz de retener.

Estas deyecciones eran recubiertas de arena y se guardaban religiosamente con el fin de hacer infusiones con las mismas, toda vez que estimaban que tenían poderes curativos; o bien los mezclaban con vodka con el fin de curar la impotencia.

A la muerte de Jakovlévich, fieles de todas partes de Rusia se arrodillaron junto al ataúd del santón (muerto de hidropesía) y extraían el líquido que destilaba el difunto, al cual también le otorgaron poderes milagrosos.

Cuenta Barkov, que asistió a las exequias del santo, que incluso el algodón con el que habían taponado los oídos y las fosas nasales del difunto fue subastado a precios exorbitantes.

El ensayo, sucesivamente, narra las paralelas desventuras de otros 25 milagreros que, con el fin de evitar fatigar sus inteligencias y estómagos, no detallaré.

3 Comments:

At 8:30 p. m., Anonymous Anónimo said...

Evidentemente lo que curaba la impotencia era el vodka

 
At 3:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Reconozco que estos post, mezcla de cultura y escatología, a pesar de revolverme levemente el estómago, me encantan. Aunque, bueno, ¿en alguna ocasión dejan de ir ligados ambos términos?

Abrazo orgiástico.

 
At 11:12 a. m., Anonymous Anónimo said...

!!El libro de Muñoz Puelles es altamente recomendable!! Lo estoy leyendo en estos días y es una lectura maravillosa.

 

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