el blog de bubastis

miércoles, octubre 12, 2005

Synodus Horrenda

Si ayer desempolvábamos el atlas, hoy lo que sacamos de la estantería es un libro de historia para detenernos en el llamado Synodus Horrenda.

En el mes de enero del año 897 en Roma se celebró un juicio absolutamente demencial. El por aquel entonces papa Esteban VII, declarado enemigo de su antecesor Formoso, llevó a éste ante la justicia por haber "usurpado" el trono de San Pedro.

Lo grotesco de este procedimiento judicial era que el Papa Formoso llevaba 8 meses muerto. Esteban VII ordenó que su cadáver putrefacto fuera desenterrado y sentado en un trono. Allí, ante un grupo de obispos y cardenales le ataviaron con ricas vestimentas talares, se le puso una corona sobre su calavera y el cetro de su Santo Oficio en los cadavéricos dedos de su mano.

Mientras se celebró el juicio, el hedor del muerto llenaba la sala. El papa Esteban, adelantándose hacia el cadáver, lo interrogó. Claro está, no obtuvo respuesta de los cargos y el papa difunto fue sentenciado como culpable de todas las acusaciones.

Entonces le fueron arrebatadas las ropas papales, le retiraron la corona y le mutilaron los tres dedos que había usado para dar las bendiciones. Después arrastraron el cadáver putrefacto, atado a una carroza, por las calles de la ciudad y lanzaron su cuerpo al río Tiber.

8 Comments:

At 5:46 p. m., Anonymous Anónimo said...

Acabo de sacar una conclusión importante: haré un escrito para que cuando muera, me cremen y tiren rápidamente mis cenizas al inodoro. Así, cuando empiecen a salir a la luz todos mis gigantescos pecados no habrá cuerpo que fustigar, solo quedará mi honor post mortem para ser mancillado :)

 
At 10:05 p. m., Anonymous Anónimo said...

Noemi, al inodoro no. Mejor que aventen tus cenizas al aire o al río ¿No ves que si es al inodoro tus "gigantescos pecados" van a oler muy mal?

 
At 10:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

jeje, cierto, mejor que tiren las cenizas al río y se contaminen las aguas con mis pecados :)

 
At 12:13 a. m., Anonymous Anónimo said...

Claro que eso podría ser considerado delito ecológico. Atenta contra los protocolos de Kyoto.

 
At 10:32 a. m., Blogger Baldanders said...

Conozco una historia de un autor de comics argentino que tiene que ver con esto. Una gran cantante muere. Su marido que no soporta la pérdida, mezcla sus cenizas con la comida que le da a sus canarios. Imagina que a través de ellos, su mujer podrá seguir cantando.

También hay empresas que las convierten en diamantes.

 
At 11:43 a. m., Blogger bubastis said...

La verdad es que a mí me da exactamente igual lo que hagan de mi cuerpo: no me voy a enterar. Y aunque suene morboso hasta me divertiría que juzgaran mis restos...

 
At 11:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me parece que nuestra civilización está llena de supercherías con respecto a muchas cosas, pero la que se lleva la palma es la muerte en sus distintas vertientes. Lamentable.

 
At 3:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

Sólo unos pequeños detalles: El muerto llevaba 9 meses ídem. Y primero lo enterraron, luego de que terminó el "juicio". Después lo exhumaron y lo tiraron al Tíber. También, ahonden un poquito más y cuenten cuántas veces fue exhumado, tirado al río, y vuelta a empezar, tras el simulacro de juicio (otros papas ya habían subido al trono).

Noemi: ¿Has considerado el espacio exterior como último reposo para tus restos mortales? ¿Qué tal que tus cenizas vayan a unirse al polvo cósmico que flota en la Nube de Oort?

Ella y su orgía: Completamente de acuerdo. *aplausos*

su obediente servidor:

Ricardo el Grande.

 

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