el blog de bubastis

jueves, julio 27, 2006


El País. Posted by Picasa

Vacaciones y un Relato

Queridos lectores, esta humilde redacción anuncia, por un lado, que se va a tomar un mes entero de vacaciones (tenemos un jefe demasiado magnánimo) que se verán interrumpidas por algunas sentidas y afectuosas postales norteñas.

Por otro lado, uno de los componentes de esta inexistente y ajetreada redacción, Alberto Ávila Salazar, tiene el gusto de anunciarles que el próximo domingo 30 de julio aparecerá en el semanario del diario El País un relato veraniego titulado Las ausencias, que espero que sea del agrado de los amables lectores de este blog.

A la vuelta de vacaciones, seguramente existirá una remodelación integral de este blog (pero quizás sea muy pronto para anunciarlo, puesto que todavía estamos discutiendo los términos de los cambios); en todo caso, muchas gracias por estar aquí, leyendo estas líneas.

lunes, julio 24, 2006


Hoy no hay foto, lo siento. Posted by Picasa

El Síndrome de Koro

El síndrome de Koro es un trastorno mental que se da únicamente en China. Los pacientes que lo sufren tienen la convicción de que su pene se está reduciendo progresivamente hasta desaparecer absorbido por el abdomen. Las mujeres que sufren esta enfermedad creen que son sus pezones los que están siendo absorbidos por su cuerpo.

En otras manifestaciones más remotas de esta enfermedad, la lengua es el órgano que se retrae. Es sumamente contagioso. Más información aquí.

viernes, julio 14, 2006


Tod Browning. Rodaje de Freaks. Posted by Picasa

Monstruos

El miedo nos hace sentir vivos, la duda nos hace permanecer alerta, la existencia trae implícita un sentimiento de muerte. Por eso contemplamos con estupor nuestro instinto y observamos como el miedo se transforma en dulzura cuando todo cuanto tememos se transforma en belleza.

Les brindo un momento de ternura transformada en terror: Profecías y portentos.

jueves, julio 06, 2006


Antonio Saura. Aparición-1. 1982. Posted by Picasa

La Soledad de las Cosas

Me rodean los objetos, la certidumbre
de su presencia indiferente.

La seguridad de que cada cosa estará
en el sitio donde la abandoné porque
nadie habrá podido tocarla.
Mis manos reemplazan el aire allí
donde se posan, agitan el sosiego,
la luz tenue que subraya el polvo.
Afuera la vida se dilata, el sol se
hincha y muere sobre su lecho líquido.
El suelo deslumbra las sombras,
los pies caminan alcanzándose a
sí mismos en cada paso. Se detienen
sobre sí, se encierran en sus huellas.
Dentro la vida se estrecha, la oscuridad
se hace hilo y reposa en su lecho de piedra.
El aire deja de existir donde yo existo,
mis manos trasladan la quietud y laceran
el polvo. Las cosas no saben, no esperan,
no sienten, ellas me sobreviven, sin más.

Me rodean los objetos, la certidumbre
de su presencia indiferente.

[Alberto Ávila Salazar. Inédito]

miércoles, julio 05, 2006


Higuera. Posted by Picasa

A la Sombra de una Higuera

El conde Angelo de Gubernatis escribió que en "Avona existe esta superstición: piénsase que no es prudente tenderse a la sombra de la higuera en las horas calurosas del verano; el que quiere correr este riesgo, verá comparecer ante él una mujer vestida de monja que, con un cuchillo en la mano, le obligará a decir si quiere tomarlo por la punta o por el mango, si responde que por la punta, será muerto enseguida; si dice que por el mango, tendrá todo linaje de buenas fortunas".

lunes, julio 03, 2006


Francisco de Quevedo y Villegas. Posted by Picasa

Quevedo y los Gays

La tolerancia hacia la homosexualidad data de fechas muy recientes en España. Como buena prueba de ello, Jorge Urrutia en su lúcida introducción de la magistral obra de Jean Genet Diario del Ladrón (Ed Seix Barral. Barcelona. 1988) señala que en nuestra literatura este tema ha sido prácticamente tabú.

La homosexualidad, admitida en la cultura griega clásica, helenística o árabe, ha historicamente tratada en España como un hábito vergonzante. Quevedo, en su obra Epitafio a un Italiano Llamado Julio, advierte a un viandante que cruza ante la tumba:

Tú, que caminas la campaña rasa,
cósete el culo, viandante, y pasa.

En A un Ermitaño Mulato Quevedo se expresa en términos igualmente contundentes, si bien es en A un Bujarrón - Epitafio, donde muestra su talento para la ironía grotesca de una manera más descarnada, pues en dicho poema el protagonista se manifiesta como enemigo de Herodes porque éste prefirió matar a los niños en lugar de violarlos.